La violencia hacia la mujer es de las más graves y repetitivas en todo el mundo. Un problema difícil de enfrentar debido a la impunidad de abusadores, contextos socio-culturales que reprimen a la mujer, el silencio y vergüenza de víctimas que impide la denuncia de abusadores, y leyes en un sistema judicial fracturado que desprotege y juzga a las víctimas de violencia.